La brisa del mar, niños jugando, parejas riendo. Una combinación de nostalgia y cierta alegría es lo que percibe una joven solitaria con una cámara en mano. Los rayos del sol están en el momento preciso, la hora dorada está lista para ser retratada. Por unos segundos solo están la joven y el enorme monumento, un farol de la marina que da una vibra especial a todo el lugar miraflorino. Capturar el momento fue ideal, volver a ver la fotografía solo es el recuerdo de lo reconfortante que fue estar ahí.